(Apolodoro):
Gea le parió [a Urano] a los Cíclopes, Arges, Estéropes y Brontes, provistos de
un solo ojo en la frente. Pero Urano los ató y los arrojó al Tártaro.
R.G.:3.b) Sus
primeros hijos de forma semihumana [de Urano y Gea] fueron los gigantes de cien
manos llamados Briareo, Giges y Coto. Luego aparecieron los tres feroces
Cíclopes de un solo ojo, constructores de murallas gigantescas y maestros
herreros, primeramente de Tracia y luego de Creta y Licia, a cuyos hijos
encontró Odiseo en Sicilia. Se llamaban Brontes, Estéropes y Arges, y sus
espíritus han vivido en las cavernas del volcán Etna desde que Apolo los mató
en venganza por la muerte de Asclepio.
R.G.:3.2)
Los cíclopes parecen haber sido un gremio de forjadores de bronce de la Hélade primitiva. Cíclope significa
«los de ojo anular», y es probable que se tatuaran con anillos concéntricos en
la frente, en honor del sol, la fuente del fuego de sus hornos; los tracios
siguieron tatuándose hasta la época clásica. Los círculos concéntricos forman
parte del misterio del arte de la herrería: para batir cuencos, yelmos, o
máscaras rituales, el forjador se guiaba por esos círculos, trazados con compás
alrededor del centro del disco plano en el que trabajaba. Los cíclopes tenían
también un solo ojo en el sentido de que los herreros se cubren con frecuencia
un ojo con un parche para evitar las chispas que vuelan. Más tarde se olvidó su
identidad y los mitógrafos ubicaron caprichosamente sus espíritus en las
cavernas del Etna, para explicar el fuego y el humo que salen de su cráter.
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