Apolodoro:
Amimone tuvo de Posidón un hijo, Nauplio, que vivió largos años; recorriendo el mar solía atraer con antorchas a los que encontraba, para matarlos. Ocurrió que también él vino a perecer del mismo modo.
Enterado [Nauplio] del regreso de los helenos a su patria, prendió
antorchas en el monte Cafereo, llamado ahora Xilófago; entonces los griegos se
acercaron allí tomándolo por un puerto y naufragaron.
Apolodoro.
Mientras los demás [de la flota de Agamenón al regresar de Troya]
avanzaban hacia Eubea por la noche, Nauplio encendió antorchas en el monte
Cafereo. Ellos, creyendo que se trataba de algunos supervivientes, se
acercaron, los cascos de las naves se rompieron contra las rocas Caferias, y
murieron muchos. Palamedes, hijo de Nauplio y Clímene, hija de Catreo, había
sido lapidado por intrigas de Odiseo. Al saberlo Nauplio se había dirigido a
los helenos para pedirles cuentas de su hijo. Pero volvió insatisfecho,
pues todos complacían al rey Agamenón con cuya complicidad Odiseo había dado
muerte a Palamedes.
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