(Apolodoro):
Deucalión
tuvo dos hijos, Idomeneo 3y Creta, y un
bastardo, Molo. Glauco, todavía niño, cuando perseguía a un ratón cayó en una
vasija de miel y murió. Al desaparecer éste, Minos emprendió una intensa
búsqueda y consultó con los adivinos el modo de encontrarlo. Los Curetes lo
informaron de que en sus rebaños había una vaca tricolor; quien mejor pudiera
describir el color de esa vaca sería también capaz de devolverle vivo a su
hijo. Convocados los adivinos, Poliido, hijo de Cérano, comparó el color de la
vaca con la zarzamora, y obligado a buscar al niño lo encontró por medio de
cierta adivinación. Pero Minos le dijo que debía resucitarlo y lo encerró con
el cadáver. Cuando se hallaba sumamente perplejo vio que se acercaba al cadáver
una serpiente; le arrojó una piedra y la mató, por miedo a que lo matasen a él
si algo le sucedía al cuerpo. Llegó otra serpiente y, al ver muerta a la
anterior, se alejó y regresó en seguida con una hierba que extendió sobre todo
el cuerpo de la otra; tan pronto como le fue colocada la hierba, la serpiente
revivió. Poliido contempló aquello admirado y aplicando la 2misma hierba al cuerpo de Glauco lo resucitó. Minos
recobró pues al niño, pero ni aún así permitía que Poliido volviese a Argos
hasta haber enseñado a Glauco el arte adivinatoria. Poliido así forzado lo
instruyó, pero a punto de zarpar ordenó a Glauco que le escupiese en la boca:
Glauco lo hizo y olvidó el arte de la adivinación. Hasta aquí mi relato de los
descendientes de Europa.
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