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Ambrosía (de Deméter, Demofonte)

 Himnos homéricos (a Deméter):

[Demofonte, hijo de Céleo y Metanira] crecía igual a un dios, sin tomar alimento, sin mamar la blanca leche… Deméter lo ungía de ambrosía, como si hubiese nacido de un dios, mientras soplaba suavemente sobre él y lo tenía en su regazo. Por las noches lo ocultaba en el vigor del fuego, como un tizón, a escondidas de sus padres...Mas para ellos resultaba un gran prodigio cómo crecía, demasiado robusto para su edad. Y es que al verlo se asemejaba a los dioses.

Y lo habría hecho desconocedor de la vejez e inmortal si Metanira la de hermosa cintura en momentos de insensatez, al acecho de noche, desde su alcoba fragante de incienso, no la hubiera espiado. Lanzó un grito y se golpeó los muslos, atemorizada por su hijo, y se trastornó mucho en su ánimo. Lamentándose, dijo estas aladas palabras:

—¡Hijo mío, Demofoonte! ¡La extranjera te oculta en un gran fuego y me sume en llanto y en crueles preocupaciones!

Así dijo, angustiada, y la oyó la divina entre las diosas. Irritada contra ella, Deméter, la de hermosa corona, al hijo amado al que ella había engendrado, inesperado, en el palacio, lo dejó con sus manos inmortales lejos de sí, en el suelo, tras sacarlo del fuego, terriblemente encolerizada en su ánimo.

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