(R.G.:23.b)... Zeus, airado, lo arrojó (a Hefesto)…desde el Olimpo. La caída duró todo un día. Cuando golpeó la tierra en la isla de Lemnos se rompió las dos piernas…Luego Zeus le perdonó y admitió otra vez en el Olimpo, pero sólo podía andar con muletas de oro.
(R.G.:23.1) Las muletas de oro quizás estaban destinadas a elevar del suelo sus talones sagrados.
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