Apolodoro:
Alejandro raptó a Helena; unos dicen que por designio de Zeus para que su hija fuese famosa al ocasionar la guerra entre Europa y Asia; otros que para exaltar la raza de los semidioses. Por una de estas razones, Eris arrojó la manzana de la belleza entre Hera, Atenea y Afrodita, y Zeus ordenó a Hermes que las condujese ante Alejandro en el Ida para que hiciera de juez. Ellas prometieron dones a Alejandro: Hera, si resultaba preferida a todas, le daría el reino sobre todos los hombres; Atenea, la victoria en la guerra; Afrodita, el matrimonio con Helena. Él decidió a favor de Afrodita y zarpó hacia Esparta con naves construidas por Fereclo. Fue hospedado en casa de Menelao durante nueve días, y en el décimo, al marchar Menelao a Creta para tributar honras fúnebres a su abuelo materno Catreo, Alejandro indujo a Helena a partir con él. Ella, abandonando a Hermíone, de nueve años, y llevando a bordo la mayor parte de las riquezas, se hizo a la mar con Alejandro durante la noche.
Sobre el juicio de Paris, cf. Ciprias,
resumen de PROCLO (Fragmentos de épica griega arcaica, trad. de A.
BERNABÉ, BCG, Madrid, 1979, págs. 101-2); Ilíada XXIV 25 ss.;
EURÍPIDES, Troyanas 924 ss, 971-981, Helena 23-31, Ifigenia
en Áulide 1300 ss., Andrómaca 274-290; LUCIANO, Diálogos de
los dioses 20, Diálogos marinos 5, 1; HIGINO, Fáb. 92.
Según la tradición, a las bodas de Tetis y Peleo fueron invitados todos los
dioses excepto Eris (la Discordia) que para vengarse suscitó la rivalidad entre
las diosas arrojándoles una manzana de oro con esta inscripción: «para la más
hermosa». Pero de los textos mencionados la manzana sólo está en Luciano e
Higino. (Nota de la traductora)
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