Las hoces de pedernal, obsidiana, bronce, hierro, oro o diamante, fueron en
la mitología griega, el equivalente de las actuales navajas suizas multiuso.
Tanto servían para cortar ritualmente la primera espiga de trigo, dando así la
señal para el inicio de la cosecha del cereal, como para cercenarle a un padre biológico
los órganos genitales y ponerse a gobernar en su lugar, o para decapitar de un solo tajo, bien
fuese a la Gorgona Medusa
o al monstruoso Argo Panoptes (el de cien ojos).
Janial Laggue
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